Básicamente es la unión de dos o más láminas de vidrio entre las que se intercala algún otro material con el fin de conseguir una serie de características o propiedades adicionales. Incluso podría tener un fin puramente decorativo añadiendo color.
Los usos de esta materia prima son cada vez mayores, algunos de los más usuales son: mamparas de baños y duchas, puertas de seguridad, cristaleras de negocios y edificios, mesas, baldas y estanterías, barandillas de escalera, paredes divisorias, vitrinas, acuarios, cerramientos de terrazas, ascensores…
Ésta es sin duda su característica más destacable, de ahí que se recomiende su instalación para usos con especiales exigencias de seguridad y protección de personas y bienes.
Este tipo de vidrios mejoran la atenuación acústica de la vivienda gracias a su composición, logrando una mayor confortabilidad para tu casa y desterrando definitivamente los ruidos.
El vidrio laminado está dotado de gran resistencia gracias a la elasticidad del pegamento PVB, con lo que se consigue una mayor protección ante impactos.
La justificación es que ante un golpe sobre el vidrio laminado, el PVB absorbe la energía del impacto y gracias a su elasticidad se mantiene la adherencia al cristal.
La composición que incluye la película de PVB no altera cualidades del vidrio, como son la transparencia o la durabilidad (que en este caso, además, se ve aumentada).
Este tipo de vidrio no es incompatible con la protección de la radiación ultravioleta. Se le puede añadir esta propiedad para filtrar los rayos UV, eso sí, el coste aumentará.
Hay múltiples posibilidades para poder poner el vidrio de color, pues las láminas pueden ser transparentes, translucidas, opacas… y también con colores. Echa un vistazo a las diferentes marcas.